viernes, 15 de noviembre de 2013

Corazón...

Desde ese primer grito, desde ese primer bofetón, los cimientos de lo que antes había sido su amor se resquebrajaron irreparablemente. Ana tomó una decisión. No quería que aquello se prolongase transformándose en una cruel agonía. Aquella noche, mientras su marido dormía, se levantó, fue a la cocina y tomando una sartén, le golpeó la cabeza, le arrancó el corazón, lo cocino y se lo comió sin rechistar.

©Richard Anthony Archer 2012


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