Era de noche y llovía a cantaros. Como
siempre yo iba sin paraguas. Me choqué con él nada más girar la
esquina. Le pedí perdón al instante pero no recibí respuesta
alguna. Pensé que el tipo era un maleducado. Alguien al que me
podía haber ahorrado la disculpa. Esa fue la primera vez que vi al
Señor con Ojos.
©Richard
Anthony Archer 2012
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