El quinto en llegar fue Julián F.
Caminaba de forma extraña como si fuese entre borracho y ciego.
Nadie esbozó una sonrisa. Era raro porque en otro ambiente si
hubiera sucedido. Julián palpó la silla y con cuidado se sentó en
ella. Saludó a los allí presentes y los demás respondieron. Julián
no era ni ciego ni borracho, simplemente veía el mundo en dos
dimensiones.
©Richard
Anthony Archer 2012
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