viernes, 15 de noviembre de 2013

La decisión irrebocable

No quiso que nadie fuese a acompañarle a la estación. Nunca le había gustado que fuesen a despedirle al andén. Al cabo de diez minutos pasó un tren. No paró. Aquel no era el suyo. El que iba a pillar llegaría a la hora señala en su billete. Iba mucho más lejos que cualquier otro y sólo tenía un trayecto, el de ida.

©Richard Anthony Archer 2012

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