Eloísa era una virtuosa del canto. Su
voz era pura y cristalina. Había perfeccionado la técnica cada día
hasta llegar a un grado de perfección más allá de los límites.
Siempre le gustaba asomarse a la ventana y cantar arias y todo tipo o
canciones populares. Pero Eloísa ahora era una mujer muy triste. La
llegada de la epidemia había dejado al planeta sordo
irremediablemente, incluida a ella misma.
©Richard
Anthony Archer 2012
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