─Me gustan los rebozados, viviría
siempre comiendo rebozados. Sin el rebozado la comida no es nada. Ese
huevo y pan rallado... ese aceite bien caliente, crepitante mientras
dorá los alimentos. ¡Toda una comunión culinaria!
─Sí, que quiere que le diga; el
rebozado está muy bien, a mi también me gusta, pero no me va a
negar de que usted se ha pasado tres pueblos. Porque ya me dirá ¿qué
tiene todo eso con rebozar y freir el edificio donde vive con todos
sus vecinos dentro? ─ le preguntó el comisario Alfons D. a Pere L.
en la sala de interrogatorios de la comisaría de Via Layetana en
Barcelona.
©Richard
Anthony Archer 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario