viernes, 15 de noviembre de 2013

Monotonía

Llega a casa, como cada día, a las 9 de la noche, cansado de trabajar. Los niños ya están en la cama, durmiendo, su mujer viendo la tele. La comida está caliente, sabrosa. Se la come con mucho gusto, dejando el plato limpio de tanto mojar pan sobre él. Se levanta, friega su plato, se seca las manos. Se va al comedor, se sienta en el sofá y como cada noche le propina una paliza descomunal a su mujer. Ella ya no le pregunta por qué lo hace. Sabe que lo necesita. Es como una droga para él.  

©Richard Anthony Archer 2012

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