─¿Y esta pastilla para que es?
─ Es para lo nervios. Te ayudará
mucho, ya lo verás.
─ ¡Huy que bien!
─ Te has de tomar una al día siempre
antes de dormir, nunca mientras duermes, entre otras cosas porque te
puedes atragantar con el agua o se te puede quedar pegada en la
garganta y no hacerte efecto. ─ Le apunta la doctora mientras
imprime las recetas.
─ Vale, tomo nota. ¿Y tienen algún
efecto secundario?
─ Nada de lo que te puedas
preocupar... Sólo ganas de suicidarte o de escuchar voces guturales
que surgen de tus empastes y te cantan villancicos sin parar.
─ Ah, vale. Ya me dejas más
tranquilo. Es que me estaba preocupando. Ya sabes que le tengo terror
a los dolores de cabeza, a la letra A mayúscula y a las verrugas
axilares. ¿Sabes qué las otras que me recetaste me producían
costras en los genitales?
─ Ah no, no lo sabía... ¿Te
apetecen hormigas?
─No gracias, ya he desayunado
chinchetas y me ha dicho mi quisoquero que son contraproducentes
mezclarlas.
─ Bueno, Antolin nos vemos dentro de
dos meses y me dices como te han ido. No te olvides de traer esta vez
la Ouija que quiero preguntarle a tu madre la receta del escabeche de
morro de cerdo que se murió sin contármelo.
─Descuide doctora, esta vez no me
olvidaré. ¿Puedo esta vez salir por la ventana?
─Creo que sí, que la pintura ya está
seca. ¡Cuidado con la caca de avestruz que es muy traicionera!
─ ¡No se crea, menos que la de
zarigüeya!
©Richard
Anthony Archer 2012
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