Bajó subiendo por las escaleras y
salió entrando por la habitación, todo el rato con el rallador de
patatas entre las manos. Cuando llegó aún había peces saltando
felizmente desesperados sobre la moqueta. Mientras, una banda de
mariachis tocaba, con alegre frenesí, un triste adagio animando al
resto de criaturas acuáticas a atravesar sin temor los cristales
intáctos de la pecera.
©Richard
Anthony Archer 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario