Compraron la casa no sólo porque era
una ganga, si no por ser preciosa a rabiar. Grande, espaciosa, muchas
habitaciones y baños y una cocina de lujo. El único problema era
que la casa era indomable. Lo notaron en cuando pintaron una
habitación. Al día siguiente el color de la misma había cambiado
por completo. Era tan horriblemente chillón que incluso dolía de
tan solo mirarlo...
©Richard
Anthony Archer 2012
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