jueves, 14 de noviembre de 2013

Oda al Pedo:

Oh pedo, kamikaze de los intestinos, rémora de los excrementos, tu perfume anticipas su llegada al final del camino; Eres el eructo del ano, la voz de nuestro culo, la trompeta del juicio final. Tú que impulsas nuestro caminar, que causas risas, vergüenza y escándalo a partes iguales. Tú, ese gran invisible incomprendido.
Hay mares salados, dulces y también mares humanos, hay piscinas como mares y embalses que son mares en mitad de la montaña, sobre todo si eres una hormiguita, lo mismo pasa con los charcos o los vasos de agua si eres una bacteria. Si bebemos nuestro estómago se vuelve un mar tempestuoso que pide escaparse a través de los riñones y regresar al todo.

©Richard Anthony Archer 2012


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