jueves, 14 de noviembre de 2013

Desidia

La perra salió disparada hacia la puerta de la calle. Era un animal muy educado y nunca hacia sus necesidades dentro de casa. En cuanto entró en el pipi can sus esfínteres se abrieron y dejaron todo inundado de orines y heces. Su dueño la miró alucinado. Suerte que no tenía que recoger eso. La perra también le miró. Con odio. Hacia como dos semanas que se había olvidado de sacarla a pasear todo por culpa de Facebook.  

©Richard Anthony Archer 2012


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