jueves, 14 de noviembre de 2013

El útero

Amaba tanto a su mujer que cuando hacían el amor la empujaba con violencia. Un día ella se enfadó. Él, llorando, le contestó que al igual que sus hijos deseaba con locura habitar el interior de su útero. Su máximo anhelo era envolverse en una placenta y alimentarse de ella mediante un cordón umbilical. Ella lo miró asqueada. Dos días más tarde, cegado por la incompre+nsión, la asesinó junto a sus dos pequeños.

©Richard Anthony Archer 2012


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